sábado, 24 de septiembre de 2011
La nueva religión
Desde los albores de la humanidad se ha manifestado en el hombre una tendencia innata: la creencia en un ser supremo. En pleno siglo XXI, como personas ilustradas, nos sentimos libres de toda creencia opresora. Pero no hace falta más que abrir una revista o poner la tele para contemplar los nuevos ídolos a los que rendimos pleitesía: el poder, el dinero, la belleza o la moda... Ir mal vestidos es un pecado venial, pero en determinados ambientes llegaría a ser mortal y a castigarse con las penas del infierno. De igual modo, la lorza y el michelín son pecados capitales. Con ellos en nuestras caderas no podemos esperar salvación. Adoramos a los modelos de la talla 38, cuyas fotos o "estampitas" observamos con deleite, casi rezando para que un milagro nos haga parecernos a ellas. El ayuno y la abstinencia no han sido superados sino incrementados por máquinas de gimnasios en los que dejamos la limosna del mes. No rezamos el rosario, contamos calorías. ¿Practicamos la caridad? Sí, recordamos a los demás lo que deben y no deben comer. ¿De verdad somos más libres?
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