El Quijote no se escribió en vano y algo que abunda entre los españoles son los delirios de grandeza (o sea, ser un fantásma), vamos, que el señor que barre a las mañanas tu calle no es marqués por una serie de desgracias que han sufrido todos sus antepasados y de las que él en modo alguno es culpable. Evidentemente pensamos que España es un país muy superior a cualquier otro, suele escucharse con frecuencia "como en España no se vive en ningún sitio" (¡ja! dice mi abuela que quien nunca vio Madrid Lugo le parece una capital).
El español no suele tener terminos medios, las cosas son blancas o negras, no hay grises y si se observa a algo o a alguien "gris" no tardamos nada en ponerlo en un extremo, de ahí puede que venga nuestro afán, histórico, por darnos de navajazos cada cierto tiempo entre unos y otros (podeis llamarles carlistas e isabelinos, realistas y liberales, rojos y nacionales, etc.).
Nuestros delirios de grandeza jamás nos permitirán que reconozcamos algo tan bajuno como que somos envidiosos a más no poder, si alguien llega a ser importante en España suele haber razónes fundamentales para ello: la chupa bien o puso el culo, no hay otra.
Lo anterior se explica con nuestro siguiente gran defecto: la pereza, somos perezosos un rato largo, dejamos para mañana lo que podemos hacer hoy, esperamos a ver si lo hace otro, etc. por eso, en nuestras mentes no comprendemos que alguien de los nuestros triunfe a base de tesón y trabajo.
Lo sabemos todo y de todo entendemos, si sois de fuera, llegais a España y por ejemplo, se avería vuestro coche de alquiler, enseguida tendreis alrededor a unos cuantos dando "sabios" consejos para repararlo, la suerte es que la pereza no nos permite agarrar unas herramientas para arreglaroslo, esperaremos a ver si lo hace otro, o simplemente pensaremos para nuestros adentros, como envidiosos que somos ¡jodete cabrón ahí te pudras! Esto se ve de maravilla en los bares, en los bares podemos arreglar problemas políticos, enseñarle a pilotar a Fernando Alonso o a jugar a futbol al mejor jugador del mundo, sin problemas.
Somos también un curioso pueblo de personajes inteligentísimos, todos compramos barato y de muy buena calidad y, aquí viene lo mejor, somos capaces de vender el mismo objeto, usado, muy por encima de su precio, eso si, preferimos que cualquier cosa nos salga gratis, lo que sea gratis nos chifla (una página como esta solo se le podría ocurrir a un español), si un fulano regala algo en una calle allí verás a un grupo importante de españoles reunidos para que le den lo que sea: un llavero de una marca de cervezas, un descuento por un euro para el cine, si es gratis lo queremos y si alguien no lo quiere "ese es gilipollas".
Todo lo anterior al final nos da un barniz especial de mala educación, o sea, somos terriblemente maleducados, al conducir, en las colas de los supermercados, con el cajero del banco, como vamos por la vida de sobrados, cargados de razón que nosotros mismos nos otorgamos (sea o no real) no dudamos en contestar mal, en lanzar nuestros improperios contra lo que sea, o en ciscarnos en la madre de todo el mundo.
Eso si, curiosamente, todos estos defectos (que a lo mejor otros no veis como yo) nos hacen llegado el caso extremadamente generosos, si hay alguien con problemas allí tendrá a un montón de españoles dispuestos a veces hasta a dar su vida por ayudarle (tal cual como quijotes), no vaya alguien a decir que somos cobardes, que no tenemos grandeza, que somos envidiosos o cualquier otra cosa similar que nos deje por los suelos, menos aún que no tenemos "cojones", que eso nos sobra (yo creo que cada español debe de tener lo menos diez) y es que claro, otro de nuestros defectos, o quizás virtud, es que a pesar de todo lo demás, nos preocupamos demasiado por el que dirán.
Y ahora si quereis, poned vosotros las virtudes que nos adornan, más defectos, como nos veis los que no sois españoles o... los que veais en la sociedad de vuestros respectivos países, que supongo yo... en todos los lados cuecen habas ¿o no?
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