Hasta que un día el fuego se resiste al agua, comienza a arder con más fuerza y evapora al agua convirtiéndola así en vapor. Una minúscula partícula que, suspendida en el aire, vuela hasta alojarse en un pequeño rincón de tu corazón, al igual que otras, pues nunca marchan, pueden diminuir o aumentar, pero nunca marchar, nunca muere. Al igual que el ciclo del agua, el ciclo de la vida. Cae en forma de lluvia, se evapora y se condensa en las nubes para volver a caer de nuevo pero en otro lugar. Porque nunca cae sobre el mismo lugar. Siempre cambia.
Adecuación. Coherencia. Cohesión
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