Suele decirse que como en casa en ningún sitio.
Aunque a veces me pregunto: ¿Cual es mi hogar?
No me malinterpretéis, pero creo que mi hogar está en las calles de esta ciudad.
Tiene algo...
Increíble que me atrapa.
Algo que hace que pueda pasar horas caminando.
Gozando de la belleza de esta ciudad.
Oscureciendo con cada anochecer y volviendo a despertar con cada nuevo amanecer.
Después de todo, es una ciudad más, pensareis.
Es más que eso.
Cada rincón, esquina o callejuela cuenta una historia.
Otoños que cubren las aceras con las hojas de los árboles.
Mariposas que vuelan entre la gente.
Personas que un día conoces por casualidad y se quedan para siempre.
Oraciones que los caminantes lanzan al terminar su camino.
Siento esta ciudad como algo nuestro, algo que debemos cuidar, respetar y amar.
Tal vez penséis que estoy loco pero, ¿ sabéis qué?
Ella es la que me recoge cuando caigo.
La que me acoge cuando me siento solo, la que recoge mis lágrimas cuando lloro.
Agradecido estoy de haber nacido en una ciudad como esta, pues ella nunca me abandona.
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